lunes, 4 de abril de 2011

EDITORIAL PERIODICO LA INFORMACION

ATENCION AL CAMPO

Editorial del 4 de abril 2011



El Gobierno Dominicano está llamado a ofrecer un mayor apoyo a la producción agropecuaria, aunque siga buscando que el pensamiento nacional se oriente a tecnologías de vanguardia, porque ninguna nación, aún aquellas que se encuentran a la cabeza de los países de mayor desarrollo relativo, no solamente patrocinan inversiones en el área sino que ofrecen los discutidos subsidios destinados a lograr que los productores alcancen niveles de rentabilidad que los aferren a sus actividades.



Con cierta frecuencia se escuchan voces de representativos del sector, vinculados porque laboran desde que amanece hasta la caída del sol en esos menesteres, porque son profesionales y técnicos que asisten a las diversas etapas de la producción con sus conocimientos y consejos o porque son grandes propietarios de los medios de producción y notan un empeño débil o escaso por apoyar a la agropecuaria, que reclaman que el sector público invierta efectiva y realmente en el florecimiento de la producción primaria de bienes de consumo.



La verdad es que al margen del interés que se tenga por reforzar la producción de bienes o servicios concebidos como de “tecnología de punta”, la producción de bienes primarios de consumo no debe olvidarse, incluso por razones estratégicas, pues aún aquellos bienes generados para exportación de modo concreto, en un momento dado, debido a consideraciones de la política internacional, pueden muy bien suplir necesidades internas que de otra manera no son satisfechas por los productos sustitutivos que eran importados, debido al alto costo que alcanzan éstos o la imposibilidad de adquirirlos debido a problemas bélicos o de otra naturaleza. Ofrecer apoyo financiero al campo desde el gobierno central es, más que una línea de política, por consiguiente, una obligación.Impuestos contra gastos.



Todo parece indicar que se optará por aumentar gravámenes existentes, ampliar la gama de aplicación de los mismos –cual es el caso de los que se aplican a los bienes industrializados y servicios- o se crearán nuevos, para aumentar los ingresos públicos, comprometidos hasta hoy, en su mayor parte, con la deuda pública que agobia y ata al administrador público y en gastos corrientes que lejos de contribuir a la impulsión de la economía nacional, la frenan.



La pregunta clave que se hacen de continuo los críticos de las políticas gubernamentales es por qué, tanto técnicos de organismos multilaterales que ofrecen padrinazgo a las políticas que se aplican, como los propios administradores públicos, no se plantean la alternativa del ahorro por vía del rediseño del gasto público, que es lo que, el buen padre de familia hace en su hogar cuando los ingresos no alcanzan a cubrir las obligaciones existentes en un instante dado y no hay fuerzas ni oportunidad para aumentar los ingresos en nuevos compromisos laborales.

No hay comentarios: