martes, 23 de junio de 2009

TRANSFORMACION DEL CREDITO AGRICOLA

El Foro Agropecuario clama por la transformación del crédito agrícola en la República Dominicana.
"La liberación financiera no garantiza que se elimine la segmentación de los mercados de créditos, los bancos comerciales se orientan a canalizar sus recursos a empresas de alta solvencia, bajo riesgos y sólidas garantías, quedando fuera los pequeños productores" dijo Weng Peng León en su conferencia.
El experto en crédito agropecuario y funcionario del Banco Agrícola manifestó que "el vacío de financiamiento que se origina no necesariamente requiere de un mecanismo de subsidio, sino de acciones especialmente orientadas a dichas necesidades con programas integrales de servicios financieros y complementarios".
Y puntualiza Weng Peng León "los bancos de desarrollo deben conjugar sus objetivos de fomento con la preservación de su solidez económica y financiera como garantía de su viabilidad y en el marco de políticas de complementariedad". Sin embargo puntualiza críticamente que "existen fallas de mercados que precisan de las intervenciones directas de los gobiernos a través de los bancos de desarrollo".

Decenas de profesionales agropecuarios se dieron cita en el Foro, pues el tema del crédito agrícola despierta interés, pues la actividad productiva en el sector rural depende justamente de este instrumento.

Quedó claro que la realidad rural de hoy es compleja y que por tanto el crédito debe tener una visión amplia, que recoja un abanico de posibilidades de conformidad con las necesidades de la población rural.



El tema de crédito cooperativo generó un interesante intercambio y constituye una experiencia digna de estudio y reflexión, pues el movimiento cooperativo ha desarrollado iniiativas de negocios y desarrollo en el campo que van más allá del crédito propiamente agrícola.

Es preciso orientar el crédito rural hacia el desarrollo integral de las comunidades, de conformidad con las espectativas de los pobladores rurales, pues no todos tienen la posibilidad o el interés de producir bienes agrícolas. Hoy la comunidad rural tiene otras demandas de servicios, que no es solo pesticidas o instrumentos de labranzas, sino que hay que ofertar otras cosas, o los mismos productores pueden necesitar un crédito para otro tipo de inversión, aún manteniéndose como productores agrícolas por excelencia.
Es a esa realidad que debe responder el crédito, pues el sujeto del mismo es el ser humano, no la parcela o el predio como tal.


El representante del Banco Agrícola dijo compartir algunos criterios y propuestas o visión de focalización del crédito planteado por el representante del movimiento cooperativo; y piensa que en buena medida la visión que se tiene en la institución del Estado responsable principal del crédito rural en el país, tiende a introducir cambios de enfoque y de alguna manera se dará respuesta a las demandas actuales.

La reflexión fue amplia y la asistencia quedó entusiasmada con los temas abordados, pero la misma no se agota con este foro, sino que hay que seguir planteando el tema.

Al foro asistió una delegación campesina de diferentes comunidades de Haina y la cercanía de San Cristóbal.

El foro se consolida como espacio de discusión y reflexión de los temas agropecuarios.


En la foto el Dr. Radhamés Silverio un asiduo forista mientras interviene en la sesión de preguntas y respuestas.

Diferentes personalidades del sector agropecuario se dieron cita en el foro agropecuario, entre ellos EL iNG. Fausto Monegro, expresidente del CODIA, el Ing. Daniel Martínez, expresidente de l ADIA, el ing. Danilo Severino, expresidente de la ANPA, el ing. José Espinal Beato, expresidente de la ADIA.

Asimismo estuvo el Ing. Porfirio Ovalle, destacado dirigente sindical y gremial. Presente en la actividad el Ing. Carmelo Núñez, destacado especialista en sanidad vegetal. El foro se especializa y va ganando un espacio en los profesionales del sector agropecuario.

En esta ocasión el foro contó con el apoyo de la FAO en Santo Domingo.


REFLEXIONES DE ROBERTO SANCHEZ


Desde que se anunció la intención de instalar una fábrica de cemento que aprovecharía al mismo tiempo los recursos mineros de la corteza terrestre en la zona de Los Haitises, los habitantes de las comunidades aledañas han manifestado su abierta oposición a través de cartas, declaraciones, reuniones y movilizaciones.
Al parecer, el proyecto ha recibido el respaldo de diferentes instancias del gobierno e incluso, según los informes, hasta la Licencia Ambiental de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales.Si así ha sido, considero desatinada esa decisión de la SEMARENA, y me identifico plenamente con los comunitarios y con los técnicos de la Subsecretaría de Areas Protegidas de la misma SEMARENA, que emitieron una opinión madura y sopesada en contra de que le fuera otorgada la Licencia a dicho proyecto.
El Parque Nacional de los Haitises es parte de una de las más importantes zonas de acumulación de agua del país. Las aguas que sobre él caen se infiltran a través de millares de furnias y cavernas y forman ríos subterráneos que vienen a alimentar todo el acuífero o aguas subterráneas acumuladas en toda la zona oriental de Santo Domingo, en todo el territorio de la Provincia de Monte Plata y parte de las provincias de San Pedro de Macorís e incluso de Sánchez Ramírez.
Los pozos que alimentan el acueducto de Santo Domingo Oriental y que suple a más de un millón de dominicanos, extraen agua que es suministrada por Los Haitises.
De los Haitises surgen los manantiales que alimentan los ríos Boyá y el Socoa y otros que drenan hacia el Ozama, así también el río Magua y el Higuamo que suplen de agua a San Pedro de Macorís.
A parte del consumo humano desde Santo Domingo Oriental hasta San Pedro de Macorís y la provincia de Monte Plata, el acuífero que es alimentado por Los Haitises aporta el agua para la agricultura y la ganadería en toda esa región, incluyendo la producción azucarera de tanta importancia económica.
Los proyectos turísticos de Boca Chica, Juan Dolio y Guayacanes son beneficiarios directos del agua que se produce en Los Haitises.
Solo me detengo en la importancia hídrica de Los Haitises y no hago mención en esta ocasión de su importancia y potencial para el ecoturismo, ni de su extraordinaria singularidad paisajística, ni de su valor en la conservación de la biodiversidad, ni de su influencia en la estabilidad del clima de la isla.
Según los informes, la autorización incluye no solo instalar una cementera, sino también explotar las calizas de la corteza terrestre.Esta actividad es totalmente incompatible con una zona de tanta importancia hídrica, que aporta el agua a casi el 40% de la población dominicana y de la que depende un alto porcentaje de la economía del país en sectores tan diversos como el turismo, la agricultura, la industria azucarera, la ganadería y numerosas industrias, incluyendo la zona franca de Las Américas.
La actividad de la cementera y la minera afectará cerca de 5 kilómetros cuadrados de zona carstica, rica en cavernas y dolinas (sumideros) que originan lagos y corrientes subterráneas, justo en la zona de nacimiento del río Socoa, afluente del Boyá, el cual aporta a su vez al Ozama.
El argumento de que el área de concesión esta fuera de los límites del Parque no es válido en virtud de que esa zona es parte del cars de Los Haitises, es decir de la región geológica y como tal es parte de su zona de amortiguamiento, en la cual se permiten ciertas actividades compatibles que no provoquen alteraciones considerables del paisaje ni de los procesos ecológicos y, en especial, hídricos que se originan en la zona.
Técnicamente, de conformidad con los lineamientos de la Unión Mundial de Conservación de la Naturaleza (UICN) y de las propias disposiciones nacionales, el uso minero debe estar totalmente prohibido en una zona con tal potencial hidrológico y mucho más si es parte de la zona de influencia de un área natural protegida.
Legalmente están protegidos por la Ley 64-00 todos los nacimientos de ríos, arroyos y cañadas. La misma Ley protege todas las cavernas del país. La zona concedida para explotación reúne ambas cualidades protegidas.
Socialmente es una injusticia colosal, un verdadero abuso y atropello, que se hayan mantenido 15,000 dominicanos desalojados de las tierras de las que subsistían, con la promesa de darles parcelas, y durante 18 años (desde 1991 hasta 2009) no se le haya cumplido la promesa, y a una velocidad meteórica se le haya otorgado el irritante privilegio a intereses particulares.
Lo procedente es anular toda concesión que se haya realizado, sugerir a los promotores que busquen otra zona menos vulnerable y que no entre en contradicción con otro uso más necesario para la nación.
Los terrenos que tan fácilmente fueron cedidos a un consorcio privado, deberían ser utilizados para reparar la gran injusticia que ha condenado a una vida de miseria intensificada a más de 2,000 familias.
Utilizar esa enorme superficie para convertirla en parcelas y entregarlas a los desalojados de los Haitises, como se les prometió hace 18 años, con lo cual se cumple una vieja deuda social y además se contribuiría a reducir las presiones sobre esta área protegida, verdadero tesoro natural y patrimonio de la nación.

REFLEXIONES DE AMPARO CHANTADA

SEÑOR PRESIDENTE: ¿Quién es el dueño de Los Haitises?
Dra. Amparo Chantada
Presidente Fernández, como jurista, le pregunto: ¿quien es el propietario del agua, del cielo, de las lluvias de Los Haitises?
Quien debe hacer uso de los mismos y usufructuar los bienes y servicios ambientales que de ellos se crean?
El conflicto en torno a la cementera en los Haitises aviva un debate que los políticos han desvirtuado. Protección y conservación de áreas han dotado a sus recursos naturales de un valor que no podía pasar desapercibido para quienes buscan colocar sus capitales y recibir de esos nichos de acumulación, consecuentes beneficios sin importar el conflicto socio-ambiental, ni el conflicto legal-institucional y menos, el ético.
Y lo advertimos hace mucho, no existe en nuestro país, ningún espacio protegido o no, playas o bosques tropicales, ricos en biodiversidad, fuentes hídricas y minerales, que este a salvo.
Al contrario, los riesgos de apropiación para usufructo privado se extienden ahora a los espacios protegidos por la Ley para la mercantilización de la naturaleza.
Cemento, minería, hoteles, golfs, marinas, proyectos turísticos- inmobiliarios son los bienes producidos por la relación economía y naturaleza de la cual se derivan los conflictos socio -ambientales por la distribución de esas riquezas.
A pesar de la ley de medio ambiente 64-00 y la ley municipal 176-07, actualmente se ciernen grandes amenazas sobre estos bienes, no solo por la apropiación y explotación privadas, sino por los impactos ya visibles de tal modalidad, con la complicidad y permisividad institucional.
La mayoría de los conflictos socio ambientales – injusticia y daños irreversibles al medio natural, - desde algunos años atrás, tienen en su raíz, la falta de institucionalidad que permite la privatización de recursos naturales que son Bienes Comunes, Patrimonio Nacional.
Presidente Leonel Fernández, ¡deje de ser neoliberal en sus practicas, interiorice lo que hoy se cuestiona en el mundo, que es la relación economía-naturaleza en la que existen distintas subjetividades, con distintas valoraciones e intereses: para el capital y los empresarios la naturaleza es vista como el nicho ecológico que permite la acumulación ampliada del capital, para los ambientalistas y los campesinos, la naturaleza es sinónimo de vida, de abastecimiento, de reserva! Y para Ud?